El ave Fénix o Phoenix, como lo conocían los griegos, es un ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de fuerte pico y garras. Se trataba de un ave fabulosa que se consumía por acción del fuego cada 500 años, para luego resurgir de sus cenizas. Según algunos mitos, vivía en una región que comprendía la zona del Oriente Medio y la India, llegando hasta Egipto, en el norte de África. Muy presente en la poesía árabe (En árabe: العَنْقَاء Al- Anka).

Un hipogrifo es un animal fantástico híbrido, cuya mitad delantera es un ave con cabeza, plumas, alas y garras y la mitad trasera, un mamífero con pezuñas y una cola que recuerda a la de los caballos.
Su representación varía a lo largo de la historia, siendo en otros casos más exactamente identificado como medio águila o grifo en su parte delantera y como caballo en la trasera.
Su figura puede remitirse al bestiario fabuloso persa, concretamente a su ave mítica Simurg. Su origen es evocado por el poeta latino Virgilio en sus Bucólicas y es representado en la antigüedad, durante los merovingios y en la escultura románica

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