Tengu
Los Tengu o también conocidos como Perros Celestiales en japonés), son criaturas mitológicas japonesas antropomorfas de aspecto monstruoso con piel de color rojizo o marrón, y de tamaño y fuerza superiores a la de los hombres.
Entre sus habilidades sobrehumanas se cuentan un par de alas que utilizan para volar, una gran fuerza, poderes psíquicos y la capacidad de generar tornados y tormentas.
Son conocidos a través de leyendas por ser muy astutos e inteligentes además de por ser capaces de dar saltos que abarcan varios kilómetros y crear alteraciones climáticas o desastres.
Normalmente aparecen como salvadores o para ayudar a una persona o guerrero en apuros, y una vez prometen algo lo cumplirán pase lo que pase.
Según la leyenda, viven en las montañas más altas y frondosas de Japón, pueden efectuar gigantescos saltos de varios kilómetros y algunos de ellos tienen alas.
No se sabe con seguridad si estas alas son funcionales o tan solo un adorno, pero algunos tengu gustan de desplegarlas en público como forma de pavonearse. Es posible que en realidad no vuelen ya que sus grandes saltos han podido ser confundidos con esta supuesta capacidad.


 

En la mitologia griega, los centauros (en griego Κένταυρος Kentauros, ‘matador de toros’, ‘cien fuertes’, plural Κένταυρι Kentauri; en latín Centaurus/Centauri) son una raza de seres con el torso y la cabeza de humano y el cuerpo de caballo. Las versiones femeninas reciben el nombre de centáurides.
Vivían en las montañas de Tesalia y se les consideraba hijos de Kentauros (el hijo de Ixión y Néfele) y algunas yeguas magnesias, o de Apolo y Hebe.
Los centauros son muy conocidos por la lucha que mantuvieron con los lápitas, provocada por su intento de raptar a Hipodamía el día de su boda con Pirítoo, rey de los lapitas y también hijo de Ixión. La riña entre estos primos es una metáfora del conflicto entre los bajos instintos y el comportamiento civilizado en la humanidad. Teseo, un héroe y fundador de ciudades que estaba presente, inclinó la balanza del lado del orden correcto de las cosas, y ayudó a Pirítoo. Los centauros huyeron. (Plutarco, Teseo, 30; Ovidio, Las metamorfosis xii. 210; Diodoro Sículo iv. 69, 70.) Escenas de la batalla entre los lápitas y los centauros fueron esculpidas en bajorrelieves en el friso del Partenón, que estaba dedicado a la sabia Atenea.





La mantícora es una criatura mitológica, un tipo de quimera con cabeza humana (frecuentemente con cuernos), el cuerpo rojo (en ocasiones de un león), y la cola de un dragón o escorpión, capaz de disparar espinas venenosas para incapacitar o matar a sus presas. Dependiendo del relato mitológico, su tamaño varía desde el de un león hasta el de un caballo, y su descripción puede incluir o no la presencia de alas.

La mantícora tienen su origen en la mitología persa, y su nombre significa 'devoradora de personas'. Aparentemente, la mantícora entró a la mitología griega a través de Ctesias, un médico griego en la corte del rey Artajerjes II en el siglo IV antes de Cristo, en su obra Indika ('Historia de la India'), desaparecida en la antigüedad. Aunque algunos estudiosos como Pausanias dudaban de la descripción original de Ctesias y atribuían el origen de la mantícora a una descripción exagerada de tigres indios, Plinio el Viejo consideró esta criatura auténtica y la incluyó en su influyente Naturalis Historia (c. 77). Posteriormente, Claudio Eliano también introdujo a la mantícora en su obra De Natura Animalium (IV; 21), obra utilizada como base para la mayoría de bestiarios europeos durante la Edad Media.



En la mitología griega, la Hidra de Lerna (en griego antiguo Λερναία Ὕδρα) era un antiguo y despiadado monstruo acuático ctónico con forma de serpiente policéfala (cuyo número va desde 3 o 5 hasta 100 e incluso 10.000 según la fuente) y aliento venenoso (Higino, 30) a la que Heracles mató en el segundo de sus doce trabajos. Su guarida era el lago de Lerna en el golfo de la Argólida (cerca de Nauplia), si bien los arqueólogos han confirmado que este lugar sagrado es anterior incluso a la ciudad micénica de Argos, pues Lerna fue el lugar del mito de las Danaides. Bajo sus aguas había una entrada al Inframundo que la Hidra guardaba.[1]
La Hidra era hija de Tifón y la Equidna. Fue criada por Hera bajo un plátano cerca de la fuente Amimone en Lerna. Se decía que era hermana del León de Nemea y que por ello buscaba venganza por la muerte de éste a manos de Heracles. Por esto se decía que había sido elegida como trabajo para Heracles, de forma que éste muriese.[cita requerida]



 
Las sirenas (en griego antiguo, Σειρήν Seirến, ‘encadenado’, seguramente inspirado en el sánscrito Kimera, ‘quimera’) son seres fabulosos, originarios de la mitología griega y ampliamente extendidos en las narraciones fantásticas de la literatura occidental, cuya función y representación han variado con el tiempo.
Aunque en su forma original eran seres híbridos de mujer y ave, posteriormente la representación más común las describe como mujeres jóvenes con cola de pez. Es por ello que en muchas lenguas no latinas distinguen la sirena original clásica (inglés siren, alemán Sirene) de la sirena con cola de pez (inglés mermaid, alemán meerjungfrau).


La mitología Taoísmo trata de barias historias de fantasía en al cual una de esa fantasia es de un dragón
y un tigre el cual el dragon era protector de los cielos y el tigre protector de los bosques un dia el dragón quiso aberiguar que abia mas allá de su territorio asi que se aserco ala suprficie de la tierra, el tigre al ver que algo desendia del cielo acia su territorio el lotrato de defender su territori se le lanso sobre el dragon, el dragón muy sorprendido tiro un rugido el cual iso que el tigre desendiera de gran salto el tigre no le gustaba nada que el dragon estubiera en su territorio asi que inportandole nada, le tiro tremendo sarpaso asiendo enojar al gran dragón el dragón guiado por su ira en volvió al tigre en enorme cola  le bantandolo sobre los cielos dejándolo caer del cielo el dragon tirando un gran rugido que se escucho por todo el mundo asustando
al dragon pero continuaba la gerra cada 100 años

En la mitología griega, Cerbero (en griego Κέρβερος Kérberos, ‘demonio del pozo’), también conocido como Can Cerberos, era el perro de Hades, un monstruo de tres cabezas, con una serpiente en lugar de cola.
Cerbero guardaba la puerta del Hades (el inframundo griego) y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar. Era hijo de Equidna y Tifón, y hermano de Ortro. La existencia de un perro infernal en la entrada de los infiernos parece que ya estaba presente en la mitología indoeuropea original, pues aparece en los mitos de otros pueblos indoeuropeos, como es el caso del perro ensangrentado Garm en la mitología escandinava.





El Minotauro (del griego Μινόταυρος, Minótauros), era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro. El mito tiene su versión más completa en la Biblioteca mitológica de Apolodoro.[1] Su nombre significa "Toro de Minos", y fue concebido de la unión entre Pasífae y un magnífico toro con motivo de una afrenta divina. Fue encerrado en un laberinto diseñado por el artesano Dédalo, hecho expresamente para retenerlo,[2] ubicado probablemente en la ciudad de Cnosos en la isla de Creta. Por muchos años, hombres y mujeres eran llevados al laberinto como sacrificio para ser el alimento de la bestia hasta que la vida de ésta terminó en manos del héroe Teseo.




Al principio sólo era un cachorro, pero conforme se alimentó y empezó a crecer llegó un punto que fue imposible controlarlo. Dos veces fallaron los dioses en su intento por apresarlo: primero con la cadena Leding y después con la todavía más fuerte Droma, de las que se liberó fácilmente.
Los dioses del Asgard pidieron la fabricación de una ligadura irrompible a los enanos. Éstos les fabricaron una cinta liviana, dulce, sedosa y fina, que sin embargo nadie podría romper, pues estaba fabricada con el sonido de la pisada del gato, la barba de la mujer, las raíces de la montaña, los nervios del oso, el soplo de los peces y la saliva del pájaro. La llamaron Gleipnir. Lo encadenaron en la isla Lyngvi, en el lago Ámsvartnir.






En la mitología nórdica, el Midgard (en nórdico antiguo Miðgarðr) es el mundo de los hombres creado por los dioses Odín y sus hermanos, Vili y Ve tras el combate con el gigante primigenio Ymir. La etimología del nombre deriva de mið/mid ("medio, centro") y garðr/gard ("asentamiento, residencia rural"). El vocablo nórdico garðr se relaciona a dos palabras escandinavas modernas: gård ("patio", "granja", "residencia rural aislada", cf. "yard" en inglés) y gärd ("corral", "campo cultivado rodeado por valla o cerco"). En ese sentido, Midgard representa la tierra asentada por los hombres, un "asentamiento/residencia en el centro del mundo conocido", de allí el término común de "Tierra del Medio".




El unicornio es una criatura mitológica representada habitualmente como un caballo blanco, con patas de antílope, barba de chivo, y un cuerno en su frente. En las representaciones modernas, sin embargo, es idéntico a un caballo, sólo diferenciándose en la existencia del cuerno mencionado.


En la mitología griega, Quimera (en griego antiguo Χίμαιρα Khimaira; latín Chimæra) era un monstruo horrendo, hija de Tifón y de Equidna, que vagaba por las regiones de Asia Menor aterrorizando a las poblaciones y engullendo rebaños y animales. Fue madre con Ortro de la Esfinge y el León de Nemea.
«Quimera» procede del griego Χίμαιρα Khimaira, que significa ‘macho cabrío’. Puede que tras el mito esté una batalla real contra un líder guerrero o un bandido cuyo nombre, título o símbolo tuviera que ver con el macho cabrío.
Las descripciones varían desde las que decían que tenía el cuerpo de una cabra, los cuartos traseros de una serpiente o un dragón y la cabeza de un león, hasta las que afirmaban que tenía tres cabezas: una de león, otra de macho cabrío, que le salía del lomo, y la última de dragón, que nacía en la cola. Todas las descripciones coinciden sin embargo en que vomitaba fuego por una o más de sus cabezas y por su trasero. Era sumamente rápida.

Un golem es, en el folclore medieval y la mitología judía, un ser animado fabricado a partir de materia inanimada. En hebreo moderno, la palabra «golem» significa «tonto» o incluso «estúpido». El nombre parece derivar de la palabra gelem, que significa «materia en bruto». Scholem, en su obra "La Cábala y su Simbolismo", escribe que el Golem es una figura que cada treinta y tres años aparece en la ventana de un cuarto sin acceso en el gueto de Praga.
La palabra golem se encuentra en la literatura talmúdica para referirse a una sustancia embrionaria o incompleta. Similarmente, los golems se usan primordialmente en la actualidad en metáforas, bien como seres descerebrados o como entidades al servicio del hombre bajo condiciones controladas pero enemigos de éste en otras. De forma parecida, es un insulto coloquial en yidis, sinónimo de patoso o retrasado.
El ave Fénix o Phoenix, como lo conocían los griegos, es un ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de fuerte pico y garras. Se trataba de un ave fabulosa que se consumía por acción del fuego cada 500 años, para luego resurgir de sus cenizas. Según algunos mitos, vivía en una región que comprendía la zona del Oriente Medio y la India, llegando hasta Egipto, en el norte de África. Muy presente en la poesía árabe (En árabe: العَنْقَاء Al- Anka).

Un hipogrifo es un animal fantástico híbrido, cuya mitad delantera es un ave con cabeza, plumas, alas y garras y la mitad trasera, un mamífero con pezuñas y una cola que recuerda a la de los caballos.
Su representación varía a lo largo de la historia, siendo en otros casos más exactamente identificado como medio águila o grifo en su parte delantera y como caballo en la trasera.
Su figura puede remitirse al bestiario fabuloso persa, concretamente a su ave mítica Simurg. Su origen es evocado por el poeta latino Virgilio en sus Bucólicas y es representado en la antigüedad, durante los merovingios y en la escultura románica